domingo, 19 de octubre de 2008

El suicida

$e había arruinado. Tendría que decírselo a su familia. Sintió que en su estomago la ulcera vomitaba lava y subía velozmente abrasándole las entrañas hasta la garganta. Una gota de sudor le obligo a cerrar un ojo, con el que tenia abierto se fijo en la ventana y no lo dudo ni un momento: era la única salida.
Aterrizo en el infierno. Un golpe de tridente en los riñones le obligo a levantarse; delante de él una larga fila de condenados se encaminaba a un enorme perol en la que otros penados ya se cocían a fuego lento. Solo le quedaban tres pasos para empezar a subir hasta el borde del enorme puchero, cuando al girar la cabeza buscando escapatoria, atónito descubrió que en el infierno también habían abierto una sucursal de su banco.

1 comentario:

uminuscula dijo...

a qué se debe el púrpura?