domingo, 30 de septiembre de 2007

Toc, toc, toc... ¿Hay alguien ahí?

Preámbulo......Aunque me dedico día tras día a “parir” para un periódico de tirada nacional e inevitablemente siempre se me tiene que “encender la bombilla” antes del “cierre”, tengo que reconocer que no poseo tan alto nivel de ingenio como para inventar un nombre tan ocurrente para este blog: se lo he “cogido prestado” a Woody Allen. En mi descargo puedo decir que lo hago con todo el respeto y admiración por el trabajo de aquel que dijo preferir leer pornografía en Braille o que “no creo en la vida después de la muerte pero por si acaso me he cambiado de ropa interior”y que sencillamente si me lo he apropiado es porque no he encontrado un sinónimo de “flotante” que defina mejor a la amenazante bombilla de Damocles que casi todos los “creadores” tenemos siempre apagada sobre la cabeza.

¡Como envidio a los Genios! ...
...Por ejemplo yo de bebé habría querido ser Javier Marías y que “mi llanto hubiera podido molestar a mi vecino Nabokov”que por lo que pudimos leer el otro día en El País: vivía un piso más abajo en la misma casa que la familia del autor de la trilogía Tu rostro mañana ocupo en el Wellesley College de Massachussets, USA (Babelia 29.09.07). Este suceso, sin duda, decidió su futuro literario. ¿Qué habría pasado si el vecino paciente de Marías hubiese sido el genial compositor Edward Elgar?,¿habría dejado nuestro genio de escribir novelas en tres tomos para dedicarse en cuerpo y alma a las Suites para violonchelo?.
Que importante es el destino.

Los nacionalismos...
... Incluido el español, “son como pedos”, escribió Josep Pla, “sólo le gusta a quien se lo tira". El “Plan Ibarretxe” y la “constructiva” reacción del PP, huelen.

Ensalada...
...Waldorf: manzana pelada y cortada en dados, frutos secos, apio y mayonesa [La interpretación del asesinato (Pág. 89). Jed Rubenfeld. Editorial Anagrama]

Y...
... Mientras, en la calle tres niños se animan a seguir jugando con sus desgastadas tablas de skate ajenos al continuo cara y cruz, en su aterrizaje por el suelo, de las hojas granates de los prunos arrancadas por el aire y de que el cielo se pintarrajea con gruesos trazos de grafito del mismo gris de las tuberías viejas, oscuro como el plomo: está casi a punto de llorar. Realizan piruetas con su tabla en la acera como si lo hicieran sobre el tupé de una ola. Un perro de color zapato gastado se rasca trás la oreja con la pata de atrás, mientras pone cara de miope, después se para, mueve todo su cuerpo de la cabeza al rabo como si le hubieran sentado en una silla eléctrica, nos enseña las encías armadas con dientes amarillos en un bostezo y después olfatea el aire perfumado por el olor a humo fugado de las chimeneas que ejecuta, en cámara lenta, su danza del vientre jaleado por el viento.
El cielo que todo el día ha estado triste, por fin deja que unas pocas lágrimas se arrastren por su mejilla. El tamborileo de los dedos de lluvia me sacude por los hombros, dejo de mirar abstraído mi propio reflejo en el cristal de la ventana y esbozando un suspiro me dejo empapar por las húmedas estrofas de The River.