sábado, 27 de octubre de 2007

Do (continuación)

... Lo intento una y otra vez, pero la nota se me escapa, se escabulle entre mis soplidos, se niega a salir, no quiere abandonar su cueva con estalactitas de pentágrama y darme aunque solo sea una esperanza. Al final, derrotado, me tengo que conformar con acariciar sus grupas de metal, quitarle la boquilla brillante de saliva y arroparle en su estuche de terciopelo, hasta que en la próxima noche de melancolía necesite volver a intentarlo.
No se nada de música ni tengo buen oído pero me dejo arrastrar por ella; la siento palpitar y las venas rojas que se enredan por mi cuerpo como raíces son capaces de vibrar igual que las cuerdas de un contrabajo. Siempre en los momentos de sequía de animo o de ideas, surcados por las grietas del desaliento, he soñado una melodía que pudiera ayudarme a peinar el aire con el dedo y llenar los agujeros de la tristeza; por eso estrujo mi saxo con los dos brazos, como quien se agarra a los restos de su navío con la esperanza de sobrevivir en la tormenta.
Un día tras otro he intentado el milagro, pero mis pulmones siguen siendo incapaces. Aspiro y soplo, aspiro y soplo, aspiro y soplo, aprieto con los dedos ignorantes cualquier llave, aspiro y vuelvo a soplar, pero el sonido me hurta su ronquera, me huye, me sigue dejando solo con el tedio.

Pero no desespero, en cualquier momento, un bufido armónico retumbara entre las cuatro paredes color melocotón de mi mundo y su eco, seco y vivo, me despertara del letargo...
...La nota me asustó, aulló de repente, rebotando de pared a pared hasta apagarse.
El aguijón eléctrico taladró mi brazo por el codo; los tendones de mi muñeca se tensaron hasta quedar pendientes de un solo hilo de cobre abrasado por la corriente, y mis dedos crispados se agarraron a las doradas caderas del saxo como garras. El corazón me latía a toda maquina parecía a punto de estallar.

Y eso es lo que hizo.
Mi compresor dejo de bombear sangre, débil por el vértigo continuo, no pudo resistir el esfuerzo que le exigían mis pulmones y junto al sonido de latón ahogaba un árido lamento.
Al mismo tiempo que afuera, en la calle, la lluvia fina bruñía las aceras, la vida se me iba por la boquilla del saxo y en algún lugar John Coltrane tocaba Central Park West.



BANDA SONORA
Charlie Parker: Bird at The Roost; Charlie Parker on Dial; One night at Birdland; Live at Rockland Palace.
Lester Young: The Aladin sessions; The complete Savoy recordings.
Dexter Gordon: One flight up; More than you know; Sophisticated giant.
Sonny Rollins: Saxophone Colossus; The Bridge; East Broadway run down.
John Coltrane: Blue train; Giant steps; Coltrane Jazz; My Favorite things; Ballads; A love supreme.
Joshua Redman: Timeless tales.
Jorge Pardo: A mi aire; Las cigarras son quizás sordas; 2332; Mira; La Leyenda del tiempo (con Camarón de la Isla).

Ilustración: Alack Sinner, de Muñoz y Sampayo

jueves, 25 de octubre de 2007

VIP

Jackie O., la buena amiga de este blog, en el suyo, Sin noticias de Dior (http://sinnoticiasdedior.blogspot.com), nos remite a una estupenda crónica de Porfirio Rubirosa en la que podemos leer que "en los escaparates de la tienda de Valentino en París se muestran sin rubor trajes de señora de 23000 € y otros complementos al alcance de muy pocos”. ¡Como es el lujo!. También no hace mucho, esta vez en el Waldorf Astoria de Nueva York, se celebro una fiesta en honor de Esther Koplowitz en la que se la iba a conceder el premio “ dirigente empresarial mola-mazo del año” que concede la Cámara de Comercio de España-Estados Unidos, hasta ahí todo normal: ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Los precios de los cubiertos oscilaban entre los 700 € de “gallinero” y los 1500 € el mas caro, en la carta del menú supongo que se especificaría que, como escupió Lennon, los comensales para aplaudir podían limitarse a“mover las piedras de tropecientos quilates de sus pulseras”; rumores apuntan a que Donald Trump( el magnate de quien se dice que “ha pagado una fortuna para que los pelos de las orejas le crezcan hacia dentro y le salgan por la cabeza, eso si teñidos una vez fuera”) había llegado a pagar 50.000 dólares para tener el gran privilegio de sentarse junto a la “dirigente empresarial mola-mazo” del año. El caso es que Esther dejo con “dos palmos de narices” a los mas de setecientos invitados, entre los que se encontraba la presidenta de “El Club de los Corazones Millonarios” (no sabemos si llevaba a el “Sargento Peter” colgado del brazo o esta vez iba sola) y al mismísimo Trump, antes mencionado, y, ¡como es el lujo!, nadie le exigió al maitre el libro de reclamaciones . Y yo me pregunto: ¿a los ricos también se les queda cara de gilipoyas?...No creo, si acaso de “gilijoyas”.

Ilustración: Serafín

viernes, 19 de octubre de 2007

AVISO

Esta mañana mi ordenador ha hecho ¡puff!. Estaré unos días K.O.
Lo siento, perdonad las molestias. Abrazos, Julio Rey

jueves, 18 de octubre de 2007

La lección de anatomía

Rembrandt, 1632 y El Roto en El Pais 17-10-2007

sábado, 13 de octubre de 2007

Bandera blanca

bandera.
(De banda).
1. f. Tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución.
2. En manos fanáticas o torticeras: arma de destrucción masiva.

3. En manos de Rajoy: caricatura

Ilustración: Gallego & Rey en El Mundo

Cerebros rapados

Podrían liarse a golpes con las paredes de las casas derrumbadas por el penúltimo ciclón de la miseria; podrían dar un puñetazo en la mesa de los que en España se enriquecen, gracias a ser los mayores suministradores de munición para unas guerras, en las que las primeras víctimas son los niños; podrían haberse comido los nudillos por la rabia, ante la imagen en la pantalla de plasma del televisor, de un soldado birmano, que dispara impasible sobre un fotógrafo pegado al suelo por el miedo, atravesando su cámara hasta volarle el pecho, cumpliendo las ordenes del odio disfrazado de tirano con gorra de plato y galones, sentado en un trono apuntalado por sus exportaciones de gas y que después de comprobar que ha realizado bien su encargo, el soldado sigue su camino arrastrando las chanclas de goma; podrían alzar el puño contra los tiburones que usan tirantes, disparan al cielo con sus chimeneas, hiriéndole de muerte, y cuando sonríen nos enseñan sus colmillos de diamantes, que relucen cuando se les hace la boca agua antes de explotarnos.
PODRÍAN... PODrían... podrían...

Pero no. En lugar de eso, hace unos pocos días, cuando los últimos visitantes abandonan el Museo de Orsay, se cuela la barbarie; borracha y clandestina se pasea por las salas vacías, al pasar por delante de uno de los cuadros se detiene, tambaleándose lo observa, pero como solo le parece “pintura degenerada” lo escupe con la fuerza de sus nudillos y rompe la tela. El puente de Argenteuil, el cuadro, en el que con pinceladas libres y luminosas, Claude Monet pintó los bucles del sol peinados por el río Sena, corre la misma suerte que La Piedad de Miguel Ángel, el Pez de oro de Klee o el pie del David, mutilados por hordas salvajes, enemigas de la esperanza.

Ilustración: Julio Rey/Planet of the apes. 20th Century Fox

martes, 9 de octubre de 2007

¡Hasta la coronilla! (2)

Ferreres en El Periódico (9-10-07)

domingo, 7 de octubre de 2007

Do


Coltrane murió de una manera fulminante, en un tono bajo, casi en silencio; se había bebido cuarenta años y cuando se fue seguía soñando con África.
También aquel hombre con el lunar de grasa en la corbata, sabía que nunca llegaría a conocer África; tenia cincuenta y dos anillos de tronco de baobab adornando sus dedos, casi cincuenta y tres, pero no había renunciado a materializar una fantasía: quería comprarse un saxofón y que su barriga dorada le regalase un Do, alto y sostenido.
Siempre había imaginado que surfeando sobre el susurro grave de la música podría ser capaz de abstraerse, de cavar un túnel furtivo que pudiera burlar la estricta vigilancia de su cruda realidad, para después sortear, a golpe de balada, el alambre de espino que le separaba de la fantasía.
Por eso va caminando por una calle de acera anaranjada, coloreada por el enorme globo oxidado del atardecer que, poco apoco, se va durmiendo apoyado sobre el skayline lumpen de la ciudad. Busca el escaparate donde le está esperando el deudo de aquel otro instrumento al que tantas veces Trane hizo la respiración boca a boca dándole la vida con aire de sus pulmones nostálgicos de ancestros.
Mientras avanza, su imagen se refleja en los impávidos cristales de otros escaparates que seguro que anhelan parecerse al que encierra su tesoro; también ellos quisieran ser cajas de música traslúcidas y no vulgares catafalcos de objetos sin vida, vitrinas en donde se agazapan artículos de quinta necesidad con rimbombantes nombres de plástico.
El tac tac de los tacones de sus zapatos van marcando el ritmo de sus pensamientos; salen de su cabeza como mensajes metidos en una botella de naufrago y desempolvan su espíritu abotargado por todo un día de rutina.
Por fin, después de una a la izquierda, dos a la derecha y otra a la izquierda, en una calle con casas a las que no llegan los tintes naranjas del crepúsculo, encuentra lo que busca... (Continuara)

Ilustración: Alack Sinner, de Muñoz y Sampayo

jueves, 4 de octubre de 2007

¡Hasta la coronilla!

Dario Fo que, además de un juglar bufo siempre terapeuticamente incorrecto, es premio Nobel de literatura, se acercó a Girona y, al tiempo que paseaba su "insolente" sabiduría con un sombrero negro, volvió a poner el dedo en la llaga a propósito de la quema de fotos de los Reyes y el secuestro de El Jueves: " El Rey tendría que estar contento, al menos se burlan de él, tiene protagonismo".
Un dato: en Estados Unidos, el país mas patriotero del universo, no condena los ataques a símbolos del Estado como la bandera, los considera únicamente una muestra de la libertad de expresión. En Inglaterra, el país mas monárquico del universo, tampoco.
Aquí, en las próximas fiestas de las Fallas, a ver quien es el guapo que hace un ninot del Rey.
Ilustración: Gallego & Rey en El Mundo