lunes, 5 de mayo de 2008

francoTIRAdores (boceto para una viñeta muda)

Ha pasado la época en la que los humoristas gráficos, desde su excéntrica atalaya, hacían “chistes” en los periódicos; ahora dicen que somos autores de “autenticas editoriales”. Es cierto que aquellos que nos dedicamos a dibujar a diario en un periódico, hemos dejado de ser románticos aventureros, corsarios de papel embarcados en la gesta diaria de burlar a la censura - afortunadamente aquellos tiempos en los que se corría el riesgo de dar con tus huesos en una mazmorra, condenado por un tribunal militar solo por ser el autor de una caricatura, ya son remotos. Los secuestros de publicaciones en este país, son nefastas equivocaciones aisladas, ejecutadas por mediocres funcionarios con ganas de relumbrar, a costa de ser mas “papistas” que el Papa - ahora las viñetas se han profesionalizado, se han integrado en la estructura de los periódicos, ya no “adornan” los artículos cuando no hay foto: opinan gráficamente. Nos pagan por pensar, nos pagan por dibujar, nos pagan por opinar dibujando. Y es una extraordinaria responsabilidad que nos exige compromiso, como Chesterton dijo: “no hay nada que exija tanta precisión matemática como una caricatura”. La viñeta ha pasado de ser “la grapa de ABC” a tener voz propia. Pero ¿tiene voto?.
¿Cuál es la influencia mediática real de una viñeta?, ¿realmente fue Paul Conrad, quien acabó con Ronald Reagan a viñetazos de Pulitzer desde el Los Ángeles Times?. Es cierto que en el lector tenemos a nuestro mas entusiasta cómplice, que en numerosas ocasiones, dicen, que dibujamos “aquello que ellos también piensan” y “con su mismo lenguaje”. Pero en un momento, este, en donde el poder político, económico y mediático componen un “mar de los sargazos” cómplice hambriento de beneficios, el papel del lector se reduce al de un mero parámetro de los vectores en la gráfica de la O. J. D. y la influencia de las viñetas, por tanto, escasamente testimonial. Siempre que un periódico realiza un gran despliegue por el impacto de una noticia y cuando la tirada y las posibles cifras de venta lo requieren, es costumbre destacar las firmas de los articulistas y columnistas que desmenuzan y diseccionan la noticia; ¿por qué nunca se nos incluye en ese índice de primera pagina, a pesar de que las viñetas sean “lo primero que siempre leo”?. Ciertamente, en alguna ocasión singular, se han destacado en portada, no esperamos que aquí cunda el ejemplo de Le Monde, en Francia , que lleva en su portada tradicionalmente una viñeta como único elemento gráfico, pero ¿ por qué los anunciantes “serios” no insertan sus “publis” ni muertos en una revista de humor gráfico?, ¿ será por eso que solamente sobrevive una, El Jueves ?.
Tampoco nos gustaría que fuera de otra forma, ¿seriamos como los gorriones, secularmente famélicos pero libres, si celebrásemos que “ya es primavera” jugando al golf con el dueño de unos grandísimos almacenes o al padel con el Presidente del Gobierno una vez por semana, como lo hace mas de un columnista de lo destacados siempre en primera, escriba lo que escriba?.
¿ Que es lo que diferencia a una viñeta de un editorial?. Estrictamente que el poder político solo lee las viñetas si su ombligo sale bien y el poder económico simplemente ni las ojea; por el contrario un editorial llega a ser el ventrílocuo que define las líneas maestras de la actuación política, siendo los políticos en muchos casos sus marionetas de vocación y no seria la primera vez que desde las paginas nobles de opinión, el periódico actúa como “correveidile” de los mercaderes.
A ojos de los que ordenan, la letra impresa de un editorial es a el dibujo de una viñeta, lo que la Costa de los pinos de Son Servera, la zona más selecta de la isla de Mallorca, es a La Manga del Mar Menor. Se pongan como se pongan los lectores.
Julio Rey

Caixa Forum Madrid
23 de abril de 2008
La noticia es el dilema... (y viceversa). Nuevos y viejos desafíos del periodista:
Humor al pie de la letra. Viñetas, la (son)risa del periódico

Coordinador del ciclo: Jesús García Calero, redactor jefe de la sección de Cultura y Espectáculos de
ABC
Colaboradores: Participan El Roto (humorista de El País), Martinmorales (humorista de ABC) y Gallego & Rey (humoristas de El Mundo)


Ilustración: "Bang", Colectivo de la historieta. 1977

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"el poder político solo lee las viñetas si su ombligo sale bien y el poder económico simplemente ni las ojea"
No es cierto, Rey. Ellos también "lo primero que leen" son las viñetas. Otra cosa es que las citen o no en sus deliberaciones.

Por "editorial" que quiera ser, la viñeta tiene una comunicación más visceral y emotiva que una columna escrita. Desmenuza menos el tema, pero su impacto es más profundo y, por ello, muchas veces puede ser decisivo en crear un estado de opinión.

La caricatura no elige por casualidad los detalles que exagera. Elige los que ayudan a comprender las claves del personaje, y, por tanto, en su exageración, nos abre un atajo de comprensión.
Añádele que a las viñetas, con la excusa del humor, les es más fácil apartarse del periodismo complaciente y áulico.

Anónimo dijo...

Je l'avale et le sens qui brûle mon poumon