Rimbob
"El mercader de la muerte ha muerto" Un título de obituario en las páginas necrológicas de un diario francés, dinamitó en 1888 la conciencia de Alfred Bernhard Nobel. Era un error, moriría ocho años más tarde. Nobel, que había labrado su fortuna amaestrando la nitroglicerina y con rentables bramidos de cañón, impresionado por el titular, reflexionó, desconcertado, sobre cómo quería que se le recordase en el futuro. Un año antes de su fallecimiento real, cambió por última vez su testamento y en el dejaba escrito definitivamente que su colosal fortuna se emplease en crear unos premios que distinguieran a “personas o instituciones que hayan llevado a cabo investigaciones, descubrimientos o contribuciones notables a la humanidad" en los campos de la química, la física, la medicina, la literatura y la paz.
Robert Allen Zimmerman eligió como nombre artístico Bob
Dylan en homenaje a Dylan Thomas, poeta y escritor de cuentos gales que, perfumado
de bourbon Jack Daniel´s, delirando amor, se tiró del mundo a las vías de un
tren en New York, después de regalarle uno de sus poemarios a una joven que
esperaba a su lado en el andén. Relámpago en una botella…
Simbolismos… Rimbaud…“You’re gonna
make me lonesome when you go”…“ Blood
on the tracks”… Bob Dylan:
“es como si un fantasma me hubiera elegido a mí para escribir sus canciones”.
La poética ha dejado de ser un patrimonio exclusivo de
escritores, a los augustos santones la propiedad de la etiqueta “literatura” se
les escapa de entre los dedos, como escurridizos hilos de agua, por los que
huye el monopolio de su coto cerrado en busca de artísticos nuevos meandros con
seis afinadas cuerdas de alambre. Woody Guthrie, Robert Johnson, Hank Williams, Bob Dylan, Pete Seeger,
Johnny Cash, Springsteen, Tom Waits… folk, gospel, blues, country, rock and
roll…
Cuántos mares debe
surcar una blanca paloma, antes de dormir en la arena / Cuántas veces deben
volar las balas de cañón, antes de ser prohibidas para siempre. “Blowin in the
wind”: Pura lírica en Re Mayor lanzada al viento, contribuciones notables a
la humanidad, salvas de poesía que los cañones de Alfred Bernhard Nobel siempre
habían anhelado disparar, soplando una armónica.
Ilustración: La paloma de Picasso en Ucrania. Acrílico y grafito sobre tabla / 43 x 35 cm.